Esta escalada es una de las clásicas por excelencia en el valle de Chamonix. Puede ser por su accesibilidad, por su fácil descenso, o por su grado asequible, pero no hay que olvidar que son mas de mil metros de escalada en una gran cara norte, con terreneo mixto y mucho ambiente.
Estoy solo en el valle, tengo un par de días libres antes de enganchar con el siguiente curro, las condiciones en altura son completamente invernales, y en teoría dan dos días de buen tiempo, así que me decido y con todos los bártulos marcho a dormir al Plan de la Aiguille a la espera de que se cumpla la previsión.
La pared un día despejado.
La pared por la tarde. Ya había descartado hacer la ruta la mañana siguiente a causa de la persistente lluvia.
Pero se abrió un claro entre las nubes, hemos vuelto a ver el sol...
Aunque la pared ha quedado completamente mojada, se secara para mañana?
Pues parece que la meteo ha acertado, ya no tengo escusa para demorar el asalto. Aproximando al espolón.
Para que se vea que hay alguien detrás de la cámara, vaya cara de sobao.
El pasito de la rimalla, que mas bien fue pasazo.
Con todo recubierto de un rico verglas, hay que asegurar mas largos de los que había previsto.
Primeros rayos de sol.
Comienza a verse el patio.
Impresionante serac a la izquierda del espolón. En el libro del Damilano, sale una reseña que lo escala por todo el medio, como una ruleta rusa.
El diedro del medio es por donde va la vía, y es el que le da el grado de 5c.
El diedro visto desde arriba, muy bonito si no fuera por la humedad y tenerlo que escalar con los crampones.
Intentando poner un poco de orden en el material.
Un angosto túnel por el que hay que pasar, con lo poco que me gusta la espeleo.
La luz al final del túnel.
Menudo ambientazo.
Por fin en la arista.
Es muy larga y es tarde, lo que hace que la progresión se bastante penosa
Intentando hidratar un poco bebiendo agua sucia de deshielo.
Lo dicho, larga larga.
En la cascada final, este largo le da el grado en hielo, 80º.
Solamente en este punto el hielo estuvo realmete bueno, el resto fue nieve blanda transformada.
Parece que se ve el final...
Por fin ultima cornisa y se acabo. En este punto me cruzo con un montón de alpinistas que suben del Plato de la Aiguille y me miran como extrañados, debe ser por las lágrimas que se me escurren por debajo de las gafas.
Resumiendo, una aventura increíble, soledad durante toda la actividad (ese día nadie escalo en toda la pared), crampones de abajo a arriba y condiciones poco veraniegas para un día de esos que dejan huella.
Joder Nacho, enhorabuena!!!! veo que no desaprovechas ni un instante.
ResponderEliminarY está bien tener noticias tuyas, que como tampoco he visto a Carol no le he podido preguntar.
Ala, a seguir disfrutando de los alpes.
si es que no se te puede dejar solo!!
ResponderEliminarfelicidades por ese paredon!
Makinaaaaaaa!!!!
ResponderEliminar