29 de junio de 2011

OTRA FORMA DE VER EL MONT BLANC

Siempre que se va se viaje a los Alpes, se sale de España con el macuto lleno de un montón de proyectos montañeros, a la vuelta se hace balance y normalmente se comprueba que la mitad de estos se han quedado en el tintero. En esta ocasión La Montaña no nos ha permitido ni si quiera ese 50%, pero lo importante es que lo hemos pasado realmente bien, con experiencias muy intensas y con muchas birras en Chamonix.



Jorge saliendo de la gite de la Montagne de camino a Chamonix. Todos los días tocaba hacer este trayecto, de unos 15 minutos, varias veces, y normalmente bajo la lluvia. El material que mas usamos durante la salida fue el paraguas. 


Subiendo en el tren de Montenvers.


Camino de la Mer de Glace. Hoy no hay turistas sacando fotos al glaciar. 


En las divertidas escaleras que dan acceso al glaciar.


Si no fuera por la barra que agarra Jorge, la travesía tendría su miga.


Día de anuncio Gore-Tex.


Practicas de autorrescate en grietas.


Practicas de rapel.


La cara Norte de las Grandes Jorasses. Aunque no lo parezca es finales de Junio.


Al siguiente día intentando hacer algo el la Aiguille du Midi. Según pisamos la arista nos dimos la vuelta.


Por fin un día medio decente, lo aprovechamos para iniciar nuestra particular ascensión al Mont Blanc.
La subida sera un poco mas larga de lo habitual, ya que el tren del Nido de Aguilas esta en obras, y nos hacen bajar en una aparada intermedia.


Cargados como mulas vamos ganando altura.


En lo mas alto de la montaña divisamos nuestro objetivo de hoy, la Aiguille de Gouter, donde montaremos nuestro campamento.


Magnifica la Aiguille de Bionassay, con el refugio de Tete Rouge a sus pies.


Perdido en un mar de nieve.


La famosa Bolera, que da acceso al Espolón de Gouter.


Escalada fácil pero muy aérea.



Montañeros esperando el helicóptero de rescate. Debido a la masificación de esta montaña, cada día ocurren numerosos accidentes, normalmente protagonizados por montañeros con poca experiencia que subestiman este monte de casi cincomil metros de altura.


El helicóptero haciendo su trabajo.


La llegada al refugio de Gouter.


Yo cavando la explanada donde ira nuestra tienda. Un trabajo arduo que además sirve para aclimatar.


Nuestro pequeño Hotelito.


Bastante mas confortable que las habitaciones del refu.


Por la mañana parece que el día nos va a acompañar.


Gente bajando, mala señal.


Metidos en la ventisca, menudo infierno. La falta de aclimatación no ayuda demasiado.


El refugio Vallot convertido en un improvisado hospital de campaña.


Media vuelta, una retirada a tiempo es una victoria. Ya en la bajada parece como si quisiera escampar, pero es solo una ilusión.


Sigue la ventisca, pero entre las nubes ya se divisa nuestro campamento.


Las cordadas no se desaniman en su empeño de seguir hacia la cumbre, pero en este día nadie consigue alcanzar el ansiado Techo Alpino.


Ya a los pies de la montaña, con un clima mucho más amable, llegando a nuestro próximo alojamiento.


Fundiendo nieve para poder rehidratarnos. Con este panorama cualquiera nadie se imagina el día que hace 1500 metros mas arriba.


La puesta de sol, da igual donde estés, siempre son fotogénicas.


Al día siguiente bajamos muy tranquilamente por el camino viejo. El día es espectacular, seguro que hoy habrá cola en la Arista de les Bosses.


Al final, en resumen de la salida, ninguna cumbre que tachar en nuestra lista, pero a quien le importa el pico si la aventura ha sido completa y muy intensa. Con el tiempo nos damos cuenta de que, en la montaña lo importante no es la cumbre, si no el camino que recorres hasta ella.

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